El artículo sostiene que la ideología nacionalista de armonía e igualdad racial -lo que los académicos contemporáneos han llamado el "mito de democracia racial"- surgió durante las guerras anticoloniales hispanoamericanas de principios del siglo XIX. Factores como la participación de los negros y mulatos en el ejército patriota, el miedo de la elite a la guerra de razas y la poderosa ideología nacionalista que surgió durante las guerras, llevaron a que las nuevas naciones hispanoamericanas "resolvieran" sus conflictos raciales con la creación de un mito nacionalista de armonía e igualdad racial. Este artículo examina el lado intelectual e ideológico de este proceso. A lo largo del texto la autora narra cómo en las Cortes Constitucionales de Cádiz se negó la ciudadanía a los afro-descendientes y cómo, como resultado de estos debates y de la movilización de patriotas negros y mulatos, el discurso patriota empezó a equiparar los derechos de los pardos con la lucha en contra del sistema colonial y el patriotismo con la armonía racial. Es así como se forja una nueva y poderosa ideología nacionalista que afectará las relaciones raciales de los próximos dos siglos. [ABSTRACT FROM AUTHOR];
Many Afro-Colombians have been displaced from their lands due to over 50 years of conflict between the government and other armed groups. This conflict has cost untold civilian lives and the Colombian government has done little to protect Afro-Colombians who attempt to stay on their lands in the face of violence. In short, Afro-Colombians got their 40 acres and a mule and their government is doing everything to take them back. In Colombia, signing a free trade agreement would effectively give the Colombia government the US seal of approval to continue to make economic decisions that do not account for the rights or livelihoods of Afro-Colombians. Despite the known impacts on Afrodescendants across the Americas a few Congressional Black Caucus Members have endorsed a Free Trade Agreement with Colombia. Passing a Free Trade Agreement despite the discriminatory practices of the Colombian government reveals the truth of the US government's policy: lip service to the protection of human rights but not at the detriment of US corporate interests or free market practices.